El sillón
que ordenó fabricar Michael Jackson antes de morir se expondrá en Marbella por
primera vez en el mundo, en la segunda edición de “Marbella Luxury Weekend”. La
cita pondrá a Puerto Banús este verano en el centro del lujo mundial al
vincular la ciudad con las firmas más caras y glamurosas del mundo.
Una pequeña
placa colocada en la parte trasera del sofá elimina algún tipo de duda: 'Made
especially for Michael Jackson' ('Hecho especialmente para Michael Jackson').
Michael Jackson lo iba a utilizar en su última gira de conciertos 'This is it'
('Esto es todo').
El sillón está
diseñado por el arquitecto italiano Giovanni Maria Malerba di Busca, quien ideó
un auténtico sitial en madera maciza y recubierto con oro de 24 quilates. Los
talleres de Colombostile, la misma firma que, por ejemplo, ha decorado
diferentes estancias del Kremlin de Moscú, elaboró la pieza totalmente a mano.
El asiento
que debía ocupar Jackson en su retorno a los escenarios ha sido transportado
hasta Marbella en un camión especial debido a su valor y colosales dimensiones.
La joya en cuestión mide casi cinco metros y pesa media tonelada.
De momento,
esta obra de alta decoración se aloja en las instalaciones que la sociedad
propietaria, Terra Luz, tiene en Marbella. No será hasta dentro de unos días
cuando las miradas de los curiosos puedan posarse sobre el último capricho del
cantante. La pieza valorada en 200.000 euros se expondrá en la Joyería Gómez y
Molina del 31 de mayo al 3 de junio, durante los tres días en los que se
desarrolla el ‘Marbella Luxury Weekend’.
El artista
eligió este asiento como elemento central del escenario para los conciertos de
la. La repentina muerte del cantante truncó estos planes y también sus
intenciones de situar definitivamente al enorme sofá en su casa británica de
Fosbury Manor, en las afueras de Londres, tras finalizar su tour.
El decorador
y amigo del artista Kenneth Bordewick que ha trabajado para personajes como
Paul McCartney o el príncipe Carlos de Inglaterra, asegura que Jackson eligió
esta pieza «por su estilo regio y elegante». Ya sea por éstas u otras
intenciones, entre ellas, el morbo o la mitomanía, lo cierto es que el gran
asiento ya ha despertado el interés de fans de medio mundo. Coleccionistas
privados que están dispuestos a pagar muchos ceros por poseer la emblemática
artesanía. Para fastidio de estos millonarios la empresa propietaria, que pujó
en una subasta celebrada en Estados Unidos, no está dispuesta a desprenderse
aún del último trono del rey.